Cortometraje
Impasse
IMPASE (2024) ADAPTACIÓN DE GUION DE LA ASIGNATURA DE PRÁCTICAS NARRATIVAS DE 2o
DIRECTOR: Genís Meléndez
DIRECTOR DE FOTOGRAFÍA: Adrià Lázaro
PRODUCTORAS: Anaïs Navarro y Marta Jimeno
JEFE DE SONIDO: Jordi Hernández
DIRECTORA DE ARTE: Ariadna Codina
Impase es un cortometraje realizado para la asignatura de Prácticas Narrativas de 2o grado en ESCAC, donde teníamos que adaptar un guion sin tomar como referencia la película de origen.
Nuestro guion contaba la historia de un personaje que había sido víctima de acoso en plena calle y que denunciaba lo ocurrido en una comisaría. Le dimos un giro a la premisa inicial: mientras la protagonista relataba al policía cómo ocurrió el abuso, iba descubriendo que ese mismo policía era el agresor, colocándola en una situación de constante peligro e incomodidad.
Al tratarse de una escena breve, quisimos explotar al máximo la dirección de fotografía para transmitir, en poco tiempo, toda la angustia que sufría la protagonista. Empezamos presentando la situación de manera natural, sin anticipar nada al espectador. Para darle un tono menos agresivo al inicio de la conversación —a pesar de que la mujer estuviera denunciando un abuso—, el key light de la escena era una luz lateral proveniente de las lámparas ubicadas encima de la mesa, con una temperatura de color fría de 5000 K. Al inicio rodamos desde el eje lumínico para darle a la conversación un tono tranquilo y menos incómodo.
Los planos fueron compuestos para generar cuadros de luz: una alternancia de luz, sombra, luz y
sombra. Al fondo, colocamos luces cálidas para crear contraste con el key light y darle profundidad al escaso espacio, ayudando a aislar a los personajes. Tomamos como referencia la evolución de la cámara en «12 hombres sin piedad», donde comenzamos con ópticas más abiertas y, a medida que la protagonista se siente atrapada, vamos cerrando los encuadres para intensificar la incomodidad del espectador.
La localización donde rodamos era un espacio muy reducido, con el techo bajo. Por ello, al tener
limitaciones de espacio y material, decidí aprovechar las propias luces de la oficina para crear la luz de ambiente. El techo estaba formado por cuadros de luz repartidos a lo largo de la sala, cuya temperatura de color calculamos para adaptarla a la atmósfera que queríamos generar. Las enfriamos con retales de gelatina CTB de 50 y colocamos encima otros de la misma medida en PlusGreen para darle al ambiente un tono más verdoso y hostil.
En todo momento, tanto la dirección como la fotografía estuvieron ancladas al punto de vista de la mujer. En el momento en que ella descubre que el agresor es el propio policía, lo mostramos desde ambos departamentos cambiando de eje para colocarnos en el eje volumétrico, lo que aumenta la
sensación de terror y angustia. Hasta ese momento, el ratio de contraste era de 1:4, pero tras cambiar de eje pasamos a 1:8 para intensificar el contraste en los rostros y aumentar la ansiedad.
En determinados planos, la cámara pierde el horizonte para ponerse al servicio de la percepción de la protagonista. También colocamos la cámara por debajo de la mesa para encuadrarla de manera que parezca que no tiene escapatoria. Al haber mantenido la cámara estática durante la escena en la oficina, los movimientos de cámara adquirieron gran fuerza y fueron reservados para los momentos más climáticos del cortometraje.